Guardar alimentos en el frigorífico no significa que su vida útil nunca expirará.
Y con las setas hay que tener aún más cuidado. Al ser un alimento pesado para el organismo, pueden causar importantes daños a la salud en cuanto empiezan a deteriorarse.
El hongo más popular es el champiñón. De esto hablaremos, o mejor dicho, de qué setas es mejor tirar.
Los champiñones sólo huelen a champiñones mientras están frescos. Este aroma es difícil de confundir. Pero cuando los champiñones apestan a humedad del sótano o a podredumbre, a productos químicos u otras impurezas, es una señal segura de que se han echado a perder.
Tan pronto como aparezca una capa pegajosa en las tapas, también es el momento de deshacerse de los hongos. Incluso los champiñones frescos no se deben comer después de descongelarlos.
El sombrero no sólo debe estar seco y aterciopelado, sino también de un color uniforme. La mayoría de las veces es de color blanco o mate cremoso. La aparición de brillo indica que ha comenzado una reacción de descomposición que no se puede detener.
Las manchas y motas, incluso las más pequeñas, son una señal de que las setas no se deben comprar, cocinar ni comer. Haz lo mismo con los champiñones que tienen sombrero plano.
Las setas frescas son moderadamente duras y elásticas. Otra forma sencilla de identificar una seta en mal estado es romperla. El color blanco del interior significa que los hongos todavía son comestibles, pero el color oscuro del interior significa lo contrario.