Durante el uso regular, cualquier herramienta, incluido un rallador, se desafila y pasa de ser un asistente indispensable a un accesorio inútil.
Un simple afilado corregirá la situación.
Si le confunde la cuestión de cómo devolver el filo a los dientes pequeños, utilice el método eficaz que se describe a continuación.
Para hacer esto, tendrá que abastecerse de todo un arsenal de herramientas: necesitará un cuchillo (un destornillador fino o incluso un clavo pequeño), papel de aluminio y papel de lija.
Inspeccione cuidadosamente la superficie del rallador para encontrar aquellos dientes cuyo ángulo de inclinación se haya desviado de los 30 grados prescritos.
Con la punta de un cuchillo, que se puede reemplazar con un destornillador o un clavo pequeño, alinee con cuidado los orificios.
Después de eso, ármate con papel de lija de grano fino y afila con cuidado la superficie de trabajo. Para ello, basta con realizar algunos movimientos a cada lado.
Es solo una cuestión de cosas pequeñas: haga varias bolas con papel de aluminio para que sean cómodas de sostener en sus manos y frótelas con un rallador, nuevamente, por todos lados. Solo queda enjuagar los utensilios de cocina con agua y podrás utilizarlos para el fin previsto.