A veces, las amas de casa usan toallas blancas en la cocina, ya que se ven presentables y respetables.
Sin embargo, estos textiles pierden rápidamente su atractivo.
Las toallas blancas forman manchas constantemente. Además, debido al lavado regular, el color blanco cambia a amarillo o gris.
Esta técnica puede parecer extraña y sospechosa para muchos, pero muchas amas de casa han logrado comprobar su eficacia por experiencia personal.
Necesitarás coger una cacerola bastante grande y hervir cinco litros de agua. Luego agregue una cucharada grande de lejía, dos cucharadas de cualquier polvo y una cucharada de aceite al líquido.
Deja las toallas en remojo en la solución durante ocho horas.
Entonces solo queda enviar los textiles a la lavadora para un enjuague de alta calidad.
No quedará rastro de manchas y tintes grises. La toalla recuperará su aspecto atractivo, eliminará las imperfecciones y podrá servirle durante mucho tiempo.