Amas de casa experimentadas han compartido un truco que te ayudará a olvidarte del polvo durante varias semanas.
Con una solución sencilla, basta con realizar una limpieza húmeda una vez al mes.
Para evitar que el polvo se deposite en la superficie a la velocidad de la luz, no basta con utilizar trapos limpios y de buena calidad.
El principal secreto reside en productos especiales que evitan que las partículas de polvo se depositen en estantes, mesas, sillas y otras superficies de la casa recién limpiadas.
Una solución salina que se puede preparar en casa en un minuto se considera una composición sencilla y económica.
Vierta una cucharadita de sal molida en un vaso de agua. Revuelva hasta que los cristales estén completamente disueltos.
Remoja un paño de microfibra en el líquido resultante y limpia las superficies. La solución también se puede utilizar para limpiar el suelo.
Sin embargo, los autores del truco aclararon que la sal puede dejar un ligero residuo, por lo que es mejor utilizarla en superficies de colores claros.