Si no quieres que tus vasos de cristal pierdan su brillo y se descoloren, debes seguir unas sencillas reglas a la hora de lavarlos.
Por lo tanto, si prefiere la limpieza manual, los artículos de vidrio deben sumergirse en un recipiente de plástico espacioso.
El fondo del recipiente o palangana debe cubrirse con una toalla; de esta manera minimizará el riesgo de que los platos se rompan.
La temperatura del agua para lavar cristales debe ser de 40 grados. Si el líquido está frío, los productos seguramente se volverán opacos y, debido al agua hirviendo, pueden explotar.
Cuando lave vasos y copas de vino, no los sujete por el tallo, ya que esta es la parte más frágil del producto. En su lugar, agarre firmemente el fondo del recipiente.
Si hay dorados en platos de cristal, sólo se debe utilizar vinagre, previamente diluido con agua.
En el mismo caso, si se encontraran elementos decorativos metálicos, evite dejar la vajilla en remojo durante mucho tiempo, ya que puede provocar oxidación.
No te saltes el último paso de la limpieza de cristales, que consiste en secar todos los artículos con una toalla de algodón.