Es difícil encontrar a una persona a la que no le gusten las patatas fritas.
El color rojizo, el agradable crujido y el sabor brillante pueden dejar indiferente a pocas personas.
Mucha gente sueña con aprender a freír patatas para que queden crujientes, pero no ennegrecidas ni demasiado duras.
¿Cómo cocinar las solanáceas para que adquiera la consistencia deseada, pero no se queme?
A esta pregunta respondió Yulia Arkhipova, experta en el campo culinario de la publicación en línea Belnovosti, cocinera y panadera de cuarta.
El primer secreto para que queden crujientes es eliminar el exceso de almidón de las patatas crudas.
Basta con poner los trozos de patata en un recipiente hondo, llenar la verdura con agua y dejar reposar media hora.
A continuación, seca las patatas dándoles palmaditas con una toalla.
En primer lugar hay que freír las patatas a fuego alto y sin tapa. Con este enfoque, se producirá una rápida evaporación del agua y comenzará la transformación de la verdura en una delicia crujiente.
Sin embargo, en la segunda etapa de cocción, será necesario reducir el fuego al mínimo y luego cubrir la sartén con una tapa.
En este caso, los trozos de verdura se asarán uniformemente. Las patatas se cocinarán no solo por fuera, sino también por dentro. En este caso, el plato no se convertirá en un conjunto de trozos demasiado duros. La crisis será moderada.
Puedes salar el plato y mezclarlo con cebollas fritas en otra sartén solo en la etapa final de preparación de las patatas fritas.
Si haces esto antes, la comida no adquirirá el crujido tan deseado.