Probablemente hayas notado que en la misma cafetería, los mismos productos y las mismas recetas a veces producen cafés completamente diferentes.
Quizás la razón esté en los ingredientes secretos que los baristas experimentados tienen en su arsenal.
Por ejemplo, algunos de ellos añaden un sabor increíble al café utilizando cáscaras de huevo.
Este componente, por decirlo suavemente, inusual le da a la bebida un sabor más rico y expresivo.
Los cambios (para mejor, por supuesto) se notan incluso en el aroma del café.
Y todo porque la cáscara de huevo contiene calcio. Este “aditivo” neutraliza la acidez del café, haciéndolo más suave y agradable al gusto.
Todo lo que necesitas hacer es agregar una pequeña cantidad de cáscaras de huevo previamente trituradas (y, por supuesto, lavadas) al turco.
Si le preocupa el aspecto de la bebida elaborada según esta receta, no se preocupe: la cáscara se hunde hasta el fondo junto con los granos molidos, por lo que nadie adivinará su presencia.
Por cierto, gracias a este truco, el café definitivamente no se escapará, y esto, como ve, es una gran ventaja.