La elección de la carne, ya sea en la tienda o en el mercado, debe abordarse con toda responsabilidad si se quiere evitar problemas de salud.
Por eso vale la pena adquirir la habilidad de distinguir la carne refrigerada de la descongelada. La cocinera Yulia Arkhipova, experta de la publicación BelNovosti, explicó cómo evaluar la calidad de los productos cárnicos.
La carne fresca se reconoce por su color: el tono de la carne de vacuno, cerdo o cordero refrigerados es brillante y natural. Depende del tipo de carne y puede ser desde rosa hasta rosa oscuro.
Si la carne está fría, su capa de grasa será blanca o cremosa y las venas serán uniformes y claramente visibles.
Si ves que la grasa se ha vuelto rojiza o se ha ablandado, esto puede indicar que la carne ha sido descongelada y luego recongelada, lo que reduce su calidad.
La carne fresca emitirá un olor característico discreto, mientras que un "aroma" picante, desagradable o ácido indica que el producto está en mal estado.
Haz una pequeña prueba presionando un trozo de carne con el dedo. Debe ser elástico al tacto y el agujero que queda después del prensado debe recuperar rápidamente su forma.
La carne pegajosa o demasiado blanda debería hacernos creer que el trozo de carne fue descongelado y almacenado en condiciones inadecuadas.