En cualquier época del año conviene seleccionar cuidadosamente los productos alimenticios.
En cuanto a las sandías, necesitan una atención especial fuera de temporada, ya que durante este período aumenta significativamente el riesgo de adquirir una sandía sobresaturada con nitratos.
Te invitamos a familiarizarte con las señales que indican que la sandía no ha madurado por sí sola.
1. La sandía con nitratos no produce un crujido característico cuando se aprieta.
2. Una sandía buena (es decir, madura y sabrosa) debe tener un tallo seco y una mancha amarilla clara en el costado, lo que indica que la fruta ha estado en el suelo durante mucho tiempo y ha madurado. Si la sandía está rellena de nitratos, no encontrarás esa mancha o quedará blanca.
3. El interior de una sandía con nitratos está plagado de gruesas venas amarillas y el color de la pulpa puede ser demasiado brillante o incluso tener un tinte violeta.
4. La pulpa de una buena sandía debe ser “azúcar” al cortarla, mientras que la sandía con nitratos debe quedar suave al cortarla.
5. Si dudas de tu compra, prueba a hacer una pequeña prueba sumergiendo un trozo de pulpa en agua. Si el líquido se vuelve rosa brillante, tienes una sandía con nitratos.