En muchos países, como saben, el té no se bebe con azúcar, sino con sal.
Te contamos por qué deberías adquirir el hábito de salar tu té.
Es muy simple: agregar sal elimina el sabor amargo del té.
El caso es que la sal bloquea las papilas gustativas que perciben el amargor.
Para neutralizar el sabor desagradable, basta con añadir un poco de sal a la bebida.
Además, beber té con sal ayuda a restablecer el equilibrio hídrico y electrolítico.
Anteriormente os contamos cómo hacer tartas de zanahoria picantes.