Enfriar el té con agua fría no solo empeora su sabor, sino que también priva a la bebida de sus propiedades beneficiosas.
Te explicamos por qué es necesario abandonar la costumbre de diluir el té en agua fría.
Como se mencionó anteriormente, agregar agua fría al té reduce sus propiedades organolépticas.
En segundo lugar, el té caliente mejora la digestión, ayuda a quemar calorías y perder peso.
Al diluir la bebida con agua fría, la privas de estas propiedades beneficiosas.
Puedes enfriar el té de otras formas, por ejemplo, verterlo en una taza fría, dejar caer unas cuantas cucharadas frías en la taza, usar guijarros para enfriar el alcohol o hielo reutilizable, o colocar la taza en el alféizar de la ventana.
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