Popular entre los entusiastas de la alimentación saludable, la lechuga en envases de plástico a menudo no requiere lavado antes de su consumo, al menos eso es lo que dicen los fabricantes.
De hecho, las verduras parecen frescas, como si las hubieran recogido del jardín hace apenas unas horas.
Sin embargo, en lugar de fiarte ciegamente de la etiqueta “Listo para comer” del envase, te recomendamos que dediques unos minutos a lavar la lechuga para asegurarte de que te has deshecho de restos de fertilizantes, promotores de crecimiento y otros químicos, además como restos de tierra y arena.
En este artículo te contamos cómo lavar la lechuga correctamente.
Para empezar, las verduras se deben colocar en agua helada durante unos minutos.
Después de un "baño" de este tipo, espere un poco hasta que las hojas se sequen y enjuáguelas con agua corriente fría durante 1-2 minutos.
Nuevamente, espera un poco hasta que la lechuga esté seca y sumérgela en agua por última vez, esta vez tibia, lavando bien cada hoja.
Este método debe utilizarse si el plato de ensalada está destinado a niños y personas con mala salud, mientras que para adultos sanos basta con enjuagar bien la ensalada con agua corriente a temperatura ambiente.
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