El pan de jengibre es un producto de repostería muy sabroso, que, sin embargo, tiene un serio inconveniente.
El postre pierde rápidamente su suavidad. En muchos casos, los panes de jengibre se venden ya un poco duros.
Además, el plato puede quedar seco inmediatamente después de cocinarlo.
Sin embargo, no hay necesidad de preocuparse por esto. Hay un truco interesante con la manzana: la fruta permite ablandar el producto de harina con bastante rapidez.
El mismo truco ayudará a que muchos otros dulces sean menos duros, como las galletas y la tarta de miel.
La fruta debe cortarse en varias partes. Los trozos de manzana resultantes deben enviarse a un recipiente en el que ya se encuentran galletas duras de jengibre.
Podría ser un plato hondo. O puedes usar una cacerola.
En cualquier caso, el contenedor debe estar cerrado con algo. Con la sartén todo está claro: es necesario utilizar una tapa.
Puedes poner una tapa de vidrio en un plato hondo. Pero no es necesario intentar taparlo con un plato plano o una toalla: no debe haber circulación de aire.
Hay otra opción: puedes meter caramelos y trozos de manzana en una bolsa de plástico. Luego será necesario atar la bolsa.
Después de unas horas, el pan de jengibre (u otro dulce) volverá a ablandarse. Pero las manzanas se secarán: ya no se podrán comer.