Como sabes, a los niños pequeños no les gusta esperar mucho.
Si no quieres escuchar los gritos de "¡Gachas de avena!" y golpeando una cuchara sobre la mesa durante 15 minutos mientras se enfría el desayuno, debes pensar en cómo puedes acelerar este proceso.
Y aquí puedes utilizar dos métodos muy efectivos a la vez.
El primero es soplar sobre el contenido del plato. Por supuesto, no con la boca, ya que sería demasiado cansado, sino con un abanico infantil de mano.
Probablemente los hayas notado durante tu caminata de verano. Estos dispositivos funcionan con baterías y se pueden conectar al asa del cochecito para soplar aire sobre el bebé.
Y para aquellos que no tienen el artículo necesario en stock, existe una forma aún más sencilla, para la cual necesitarán un congelador: seguro que cada apartamento tiene uno.
El truco consiste en colocar el tazón para bebés en el estante del congelador antes de empezar a preparar sopa de avena o albóndigas.
Cuando llenas un plato frío, su contenido caliente se enfriará mucho más rápido.