Es un estilo de soltero guardar los restos de comida de una sartén en el frigorífico después de que la comida y los utensilios se hayan enfriado.
Un hábito aparentemente práctico es en realidad perjudicial. Te contamos por qué es mejor poner la comida en un plato o recipiente que dejarla así.
Muchos productos alimenticios contienen ácidos, cuya interacción con una superficie metálica provoca oxidación. Esto puede arruinar la sartén, especialmente si ya hay daños mecánicos en la superficie.
La comida no se puede servir en platos de aluminio y mucho menos almacenar. Además, está prohibido todo lo salado y ácido. Al mismo tiempo, se reduce la vida útil de los alimentos y la salud humana también se ve afectada.
Además, en una sartén, la comida se secará más rápido y se saturará de los olores que viven en el frigorífico.
Lo mejor es trasladar los restos de comida a recipientes, incluso de plástico. Pero es aún mejor en recipientes de vidrio (frascos normales), que no absorben olores ni se oxidan.