El tratamiento térmico de las verduras hace que las vitaminas y nutrientes que contienen sean más accesibles para el organismo.
La opción más práctica es guisar, pero debido al exceso de agua no a todos les gustará este alimento. Hablemos de errores en la preparación de guarniciones.
Primero, comience a pelar las verduras inmediatamente antes de cocinarlas para conservar al máximo sus beneficios.
En segundo lugar, la guarnición quedará mucho más sabrosa si no la cocinas en agua, sino en caldo, vino o cerveza.
En tercer lugar, el líquido en sí no es un ingrediente necesario en el guiso. La mayoría de las verduras contienen jugo, que se comparte generosamente durante el procesamiento.
Cocinar guiso sin agua
Al picar verduras (excepto ajo y cebolla), no las pique. Luego, los ingredientes (excepto los tomates) deben freírse hasta que estén ligeramente dorados y transferirse a un bol.
Cortar el ajo en rodajas y la cebolla al gusto. Calentar aceite vegetal en una sartén, agregar las hierbas aromáticas, luego la cebolla y el ajo, sofreír durante 15 minutos, revolviendo constantemente.
Luego las verduras fritas se envían a la sartén.
Agregue la pimienta y la sal, los tomates picados en trozos grandes, fría durante 30 minutos a fuego lento y cubra con una tapa.
Antes de servir, agrega la ralladura de limón y las hojas enteras de albahaca, revuelve, cocina por un minuto más y apaga el fuego.
¡No quedará exceso de agua en este guiso y las verduras quedarán más apetecibles!
¡Buen provecho!