La papilla de trigo sarraceno es el elemento más importante de la dieta. No a todo el mundo le encanta, pero todo porque no saben que, además del aceite, se le pueden añadir muchos ingredientes, lo que hace que su sabor sea único.
Es poco probable que alguien cocine regularmente gachas de trigo sarraceno con queso, pero este plato se sirve a menudo en los restaurantes nacionales. Cualquier queso servirá, pero se recomienda el parmesano. Al igual que cuando se prepara pasta, es necesario rallar el queso en un rallador grueso y agregarlo a un plato de papilla caliente.
Nadie argumentará que la mejor combinación es la cebolla y la zanahoria. Así lo cocinaban hace 100 años y es poco probable que algo cambie en el futuro. El tándem de verduras se puede condimentar con carne o champiñones, por lo que el aditivo es universal.
Como sabes, las gachas de avena no se estropean con aceite. Pero además de mantequilla, intente agregar pimienta negra recién molida al trigo sarraceno y, cubriendo la sartén con una tapa, deje que el trigo sarraceno se repose adecuadamente.
Este plato ya presume de ser una cocina gourmet. La papilla quedará picante, con un sutil toque de cocina griega. Los tomates y el queso se cortan en cubos pequeños y se agregan a la papilla terminada.
El trigo sarraceno es tan amigable con los champiñones como con la mantequilla. Se puede conseguir un sabor increíble con los champiñones, pero no será peor si fríes champiñones o setas.