Realizar procedimientos de higiene antes de acostarse es lo correcto.
Pero sólo si no hablamos de ducharnos.
No debes acudir a la ducha si queda muy poco tiempo antes del inicio del descanso nocturno.
¿Por qué? La respuesta es simple: al ignorar la recomendación, una persona puede enfrentar dos consecuencias desagradables.
¿Estás acostumbrado a ducharte por la mañana, pero ahora decides hacerlo por la noche?
¡En vano! Tu cuerpo ya está acostumbrado al procedimiento de higiene matinal.
Si vas a la ducha antes de acostarte, tu cerebro recibirá una señal incorrecta.
El cuerpo comenzará a despertarse, aunque, por el contrario, deberá relajarse y prepararse para el descanso.
Como resultado, el insomnio puede manifestarse.
Tomar una ducha por la noche hará que tu cabello se moje.
Y si son largos, no podrás secarlos por completo.
Terminarás acostándote con el pelo mojado. Y esto afectará negativamente a su condición. Además, la cama creará las condiciones para que crezca moho.