La fiesta de Año Nuevo no es sólo un ambiente festivo y comida deliciosa, sino también un estrés grave para el cuerpo.
Especialmente si una persona tiene enfermedades crónicas.
Vera Serezhina, doctora experta de la compañía médica LabQuest, explicó cómo evitar terminar en el hospital el día de Año Nuevo.
Sus recomendaciones las da RIAMO .
Dado que grandes cantidades de alimentos salados y grasos ejercen mucha presión sobre el tracto gastrointestinal, las enfermedades crónicas como la gastritis y las úlceras pueden empeorar.
Los alimentos encurtidos y picantes son especialmente peligrosos para las enfermedades gastrointestinales.
En segundo lugar, en el contexto de un consumo excesivo de bebidas alcohólicas, las enfermedades hepáticas crónicas como la hepatitis y la hepatosis grasa pueden empeorar.
El alcohol también altera el equilibrio de electrolitos, lo que afecta negativamente al sistema cardiovascular y a los riñones.
En tercer lugar, el menú de Año Nuevo suele ser rico en carbohidratos y azúcares, lo que es peligroso para el síndrome metabólico y la diabetes.
"No debemos olvidarnos del aspecto psicológico", señaló el médico.
Según ella, la mera anticipación de las vacaciones puede provocar estrés, seguido de una exacerbación de migrañas o hipertensión.
Para minimizar los riesgos, conviene practicar la moderación, escuchar a su cuerpo, no comer en exceso, evitar los alimentos grasos y picantes, limitar el consumo de alcohol y mantener el equilibrio de líquidos.
Se recomienda a las personas con enfermedades crónicas que tengan medicamentos a mano.