Es poco probable que a alguien se le ocurra compartir su cepillo de dientes. Pero en otros temas somos menos categóricos de lo que deberíamos.
Enumeremos tres casos en los que una solicitud de préstamo de tal o cual artículo debe ir seguida de un estricto "no".
Si descuidas esta regla con respecto al rímel, corres el riesgo de contraer conjuntivitis.
El caso es que las bacterias pueden utilizar la mucosa del ojo como invitación a entrar en el cuerpo. A diferencia de la piel, no puede presumir de una poderosa función protectora.
Los cepillos con cerdas suaves se suelen utilizar frente al espejo del baño, que es una habitación con mucha humedad. En consecuencia, aquí se crean las condiciones más favorables para la proliferación de microbios.
Si no quiere tener verrugas y granos, ¿tal vez sea mejor prescindir del polvo? Esto es mucho más agradable que que un dermatólogo trate posteriormente los problemas de la piel.
Si no quiere contraer herpes, no se apresure a compartir su producto para los labios con otra persona.
La piel de los labios es extremadamente fina y no tiene glándulas sudoríparas. Por estas razones, los labios son propensos a agrietarse y pelarse, lo que significa que son vulnerables a las infecciones.