En 2013, la Revista Internacional de Humanidades y Ciencias Sociales realizó un estudio. Asistieron personas que padecían hipertensión arterial.
Se decidió dividir a todos los participantes en el experimento en varios grupos, tres, para ser más precisos.
A los sujetos del primer grupo se les dio un vaso lleno de agua y jugo de limón.
Los participantes del segundo grupo se contentaron con las manzanas: aproximadamente una por persona.
El tercer grupo fue el más afortunado, ya que a sus miembros se les ofreció una manzana y agua con jugo de limón.
Luego se pidió a todos que hicieran ejercicios físicos.
Como etapa final del experimento, a todos los participantes se les midió el nivel de colesterol en sangre.
La reducción más significativa de los niveles de colesterol se observó en los participantes del primer grupo. El segundo lugar lo obtuvieron quienes recibieron tanto una manzana como agua con jugo de limón.
Los datos obtenidos permitieron a los científicos concluir que beber limón realmente ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre.