Se suele acusar a los teléfonos inteligentes de impedir que las personas se comuniquen en persona, cambiar hábitos y tener un impacto negativo en la salud humana.
Los problemas de comunicación son un tema aparte, pero en lo que respecta a la salud, en este sentido no tiene sentido calumniar a los dispositivos digitales.
Los expertos han recopilado pruebas de que los teléfonos inteligentes tienen un efecto positivo en la salud humana.
Hablamos de aplicaciones móviles creadas para combatir la depresión y fobias diversas.
Ayudan a superar dificultades, mejoran el estado de ánimo y se basan en principios de autoayuda. Incluso los juegos pueden utilizarse como alternativa a la terapia farmacológica.
Muchas aplicaciones permiten mantener comunicación con un especialista tratante y buscar ayuda, no solo llamando a una ambulancia, sino también recibiendo asesoramiento mediante videollamada.
Nuevamente, esto mejora la salud mental y ayuda a combatir la ansiedad sin tener que pedir cita ni hacer cola.
En cualquier caso, un uso adecuado de un dispositivo electrónico puede hacer la vida más cómoda y ahorrar mucho tiempo, que podemos dedicar a una actividad interesante y hacernos la vida más fácil.