Incluso si pasas el verano no en la costa del mar, sino en un entorno urbano, no te olvides de la protección solar.
La exposición agresiva al sol es la razón por la que la piel pierde su preciosa hidratación, se vuelve mucho menos elástica y se cubre de manchas de la edad y arrugas.
Si no te sientes cómodo aplicando protector solar, prueba una versión en aerosol; puedes usarlo incluso si tienes maquillaje.
Busque un producto que tenga un alto grado de protección UV y que no deje una película grasosa.
Recuerde acerca de su cabello: necesita la misma protección que su piel, a menos, por supuesto, que desee que su cabello se seque, se vuelva quebradizo y sin brillo.
Antes de salir a los rayos abrasadores, aplícate protector solar en el cabello, que actuará como barrera no solo contra la radiación ultravioleta, sino también contra el agua salada, la arena y el viento.
Tu cabello quedará suave y brillante gracias a su composición nutritiva, y el agradable aroma te levantará el ánimo.
En condiciones de viento seco y sol brillante, la delicada piel de los labios se vuelve áspera y se cubre de grietas. La solución al problema es utilizar un labial higiénico nutritivo que proteja tus labios del sol.