La piel deshidratada pierde sus funciones protectoras inherentes. En este estado, la piel no se puede llamar suave y elástica: se vuelve picada y desagradable al tacto.
El estado de la piel está influenciado por diversos factores, de los cuales hemos identificado dos principales.
En primer lugar, factores genéticos o un mal funcionamiento del organismo, que, por ejemplo, podría deberse al estrés o a una mala alimentación, pueden provocar deshidratación de la piel.
En segundo lugar, la piel puede secarse debido a factores externos: cambios de temperatura, viento, etc.
Si ve líneas finas, irregularidades y descamación en su rostro, así como círculos oscuros debajo de los ojos, esto podría ser un signo de piel deshidratada.
La misma “señal” es la sensación de tirantez, opacidad y pérdida de elasticidad de la piel.
Para comprobar el estado de tu piel, realiza una sencilla prueba.
Pellizque ligeramente su mejilla y manténgala presionada durante unos segundos. Si después de tal "manipulación" la piel vuelve rápidamente a su estado original, entonces todo está en orden.
Si tarda aproximadamente un minuto, entonces debes comenzar a hidratar la piel.
Anteriormente te contamos cómo hacer tú mismo los parches de pepino .