La piel seca provoca irritación, descamación, arrugas y otros problemas.
Para evitarlos conviene mantener la piel hidratada. No podrás hacer esto hasta que sepas por qué el agua puede resecar tu piel.
Se sabe que el agua del grifo contiene minerales y cloro, que irritan la piel y eliminan los aceites naturales de su superficie, y su mayor dureza sólo empeora la situación.
El agua caliente despoja a la piel de sus aceites naturales y barreras de humedad, mientras que el agua fría contrae los capilares y reduce el flujo de sangre y nutrientes a la piel. Solo hay una conclusión: use agua a una temperatura cálida y agradable para lavar.
Durante el contacto prolongado con el agua, la barrera natural de la piel se altera, lo que provoca la pérdida de humedad. Si no quieres que la piel se seque, reduce el tiempo del baño o la ducha a 20 minutos.
Después de la ducha, no se frote el cuerpo con una toalla, utilice movimientos secantes. Utilice crema hidratante o loción si es necesario.
Anteriormente te contamos cuánto tiempo necesitas dormir para dormir lo suficiente.