Mucha gente tiene la costumbre de darse un capricho con una taza de café temprano en la mañana: algunas personas simplemente no pueden imaginarse despertarse sin este estimulante.
Sin embargo, conviene comprender que no todos los alimentos y bebidas tienen el mismo efecto beneficioso en el organismo si se consumen con el estómago vacío.
Los expertos coinciden en que sería más prudente abandonar este hábito. En primer lugar, es importante tener en cuenta que después de tomar café por la mañana, el cuerpo comienza a secretar más activamente hormonas del estrés. Este no será el mejor comienzo del día.
Si experimentas tensión nerviosa temprano en la mañana, tu día no será el más productivo.
Pero este no es el único efecto negativo en el organismo. Se cree que la bebida puede tener un efecto negativo sobre el sistema digestivo. Este hábito puede provocar problemas como aumento de la acidez y gastritis.
Por lo tanto, debes pensarlo detenidamente antes de tomar una decisión.
Algunas personas llevan años bebiendo café por las mañanas, por lo que ya han desarrollado una cierta relación: para ellas, una taza de café es la clave del éxito y de un gran día.
En este caso, se deben observar medidas de predisposición. En primer lugar, bebemos agua corriente y solo después vamos a preparar café. Después de la bebida, es recomendable beber más agua o leche.
También se cree que los problemas con los órganos digestivos solo pueden ocurrir en personas que ya tienen predisposición.
La mejor opción para el café de la mañana es tomarlo después de la comida principal.
Recuerda también que no debes beber más de tres porciones de la bebida al día. De lo contrario, pueden comenzar problemas graves con el sistema cardiovascular.