La Mancha de Mongolia, también conocida como Marca de Genghis Khan o Bofetada de Alá, es una forma de nevos raros que pueden aparecer en niños desde el nacimiento o en las primeras semanas de vida.
El término médico para esta afección es melanocitosis dérmica congénita.
Según las estadísticas, esta afección ocurre con mayor frecuencia en personas de Asia, África y América Latina, y solo en el 10% o menos de los niños de piel clara.
A veces, en el pedigrí de un bebé europeo se pueden encontrar parientes nativos de Asia.
Las manchas mongoles aparecen como marcas grises, verdosas, azules o casi negras que pueden variar desde el tamaño de una moneda pequeña hasta 6-10 cm de diámetro.
La oncóloga de categoría 1 del Centro Médico HappyDerm, Lyudmila Artyushkevich, señala que se encuentran con mayor frecuencia en la espalda o las nalgas del bebé y pueden asustar a las madres jóvenes, ya que se asemejan a hematomas.
Sin embargo, en realidad es sólo un conjunto de melanocitos, células que contienen el pigmento normal de la piel, la melanina. Por lo tanto, no debes mostrar excesiva preocupación cuando aparezcan.
Las manchas de Mongolia no son peligrosas y son nevos benignos.
En la mayoría de los niños desaparecen a los 5 años y no existen descripciones de casos de transformación maligna. Por lo tanto, después del nacimiento, un neonatólogo debe examinar las “manchas mongolas” del recién nacido y registrarlas en la historia clínica del niño.
Este registro ayuda a evitar posibles sospechas de abuso físico del niño en el futuro. No hay forma de evitar que aparezcan las manchas y aún no está claro por qué se forman en algunos niños y no en otros.