Un estado de fatiga constante y disminución del rendimiento que no mejora con el descanso y el sueño adecuado son los principales síntomas del síndrome de fatiga crónica. Esto también puede ir acompañado de dolor de cabeza, alteraciones del sueño, irritabilidad, disminución del apetito y deterioro de la memoria.
El síndrome de fatiga crónica puede ser un signo de una enfermedad particular.
La falta de vitaminas y microelementos en el organismo puede ser el resultado de una dieta desequilibrada. Aunque las vitaminas en sí no son una fuente de energía, activan muchos procesos metabólicos y pueden tener un impacto en el bienestar.
Algunas de las vitaminas y minerales importantes incluyen:
La oncóloga de categoría 1 del centro médico HappyDerm, Lyudmila Artyushkevich, recomienda tomar complejos vitamínicos con los microelementos enumerados durante el período invierno-primavera, y se debe prestar especial atención a la vitamina D.
El consumo excesivo de dulces aumenta rápidamente los niveles de glucosa en sangre, provocando la producción de grandes cantidades de insulina, lo que ayuda a las células a utilizar rápidamente el azúcar.
Sin embargo, estas fluctuaciones en los niveles de azúcar pueden provocar sensación de debilidad, pérdida de energía y somnolencia. Para mantener la salud y la energía, es importante reducir la ingesta de dulces, azúcar y otros carbohidratos introduciendo más proteínas en su dieta. Por la mañana se recomienda optar por un desayuno proteico, como huevos revueltos o tortilla.
La poca actividad física también puede provocar una rápida pérdida de fuerza y una lenta recuperación del organismo. Para evitarlo es necesaria una actividad física adecuada y regular. Podría ser:
El ejercicio regular ayudará a fortalecer el cuerpo, mejorar el estado de ánimo y combatir la fatiga.
La falta de sueño y descanso también puede provocar pérdida de fuerzas y mala salud. Se recomienda dormir al menos 7-8 horas en la oscuridad para producir suficiente melatonina, que ayuda a combatir el estrés.
Es importante darse tiempo para relajarse y cambiar de entorno, para pasar un par de semanas de vacaciones al menos dos veces al año. Por las noches, puede reservar unas horas para sus propias necesidades y, los fines de semana, realizar actividades recreativas activas.
El síndrome de anemia puede provocar un aumento de la fatiga. Con un nivel reducido de hemoglobina en la sangre, se dificulta el suministro de oxígeno a los músculos y al cerebro, lo que provoca debilidad general, fatiga, somnolencia y disminución del rendimiento.
La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes en el mundo moderno. No sólo provoca un sentimiento constante de tristeza e insatisfacción con la vida, sino que también se manifiesta a nivel físico. Además de la fatiga, la depresión también puede provocar problemas de sueño, apetito y concentración.
El hipotiroidismo puede causar fatiga frecuente. El hipotiroidismo se asocia con una falta de hormonas tiroideas y puede manifestarse como piel seca, caída del cabello, hinchazón, estreñimiento, escalofríos, pérdida de memoria e irregularidades menstruales en las mujeres.
La fatiga también es un síntoma común de enfermedades infecciosas agudas y crónicas, como la hepatitis viral, la infección por VIH, las infecciones causadas por los virus del herpes, etc.
Si siente fatiga constante, debe consultar a un médico y hacerse un examen. En la primera etapa, las pruebas pueden incluir:
Si hay desviaciones significativas de la norma en cualquiera de los indicadores, es necesario realizar un examen adicional y consultar con especialistas como un hematólogo, endocrinólogo, especialista en enfermedades infecciosas o neurólogo.