Algunas reglas de cuidado de la piel, que según los expertos siguen con celo muchos representantes del buen sexo, pueden borrarse de su vida.
No sirven absolutamente para nada. Entonces, ¿por qué seguir algo que no mejorará tu piel?
La cantidad de agua consumida no tiene ningún efecto sobre las arrugas o la tersura de la piel; no existe una explicación científica para su relación.
La piel no consigue acostumbrarse a los productos cosméticos. Si dejan de funcionar con el tiempo, probablemente solo necesite algo más. Vale la pena cambiar los cosméticos según la temporada. Al mismo tiempo, deja las mismas herramientas básicas y agrégales aquellas que puedan solucionar un problema concreto.
El régimen de cuidado de la piel se basa en los problemas existentes y no en la cantidad de años vividos. Además, a la hora de elegir cosméticos, debes confiar en tu estilo de vida. Primero, identifique las dificultades existentes, luego de lo cual podrá buscar ingredientes que puedan eliminarlas.
Si utilizas primero un producto a base de aceite todos los días y luego un gel o espuma a base de agua, corres el riesgo de resecar tu piel. Se puede utilizar la doble limpieza para eliminar maquillaje o impurezas. No lo conviertas en un hábito.
Muchas personas con piel grasa tienen miedo de usar cremas hidratantes y aceites, pero esto es un error porque todo tipo de piel necesita hidratación. Si descuidas este paso de cuidado, tu piel comenzará a producir más sebo para reponer la falta de humedad y te encontrarás en un círculo vicioso. Si quieres reducir los brillos, prueba con una crema ligera con ácido hialurónico.