Por el término “Síndrome de Peter Pan” debemos agradecer al psicoanalista Dan Kiley. Quien publicó un libro con ese título allá por 1983.
Se utiliza para referirse a personas “siempre jóvenes”, es decir, aquellas que han llegado a la edad adulta pero no pueden hacer frente a la “vida adulta”. No pueden controlar sus sentimientos y no pueden asumir la responsabilidad de sus acciones; como resultado, se ven obligados a afrontar dificultades tanto en su vida personal como en sus relaciones profesionales.
Las siguientes señales le ayudarán a identificar una pareja con este síndrome.
El hombre de “Peter Pan” sueña con ser actor, artista, músico, psicólogo, piloto o cualquier otra cosa. A menudo habla de cómo cambiará su vida después de lograr este sueño, pero no hace nada para lograrlo. La mayoría de las veces no acepta un trabajo "normal".
“Peter Pan” cambia constantemente de trabajo sin encontrar uno adecuado y gasta dinero imprudentemente, olvidándose de pagar los préstamos. No sabe controlar sus finanzas y no le gusta planificar, creyendo que es aburrido y solo lo hacen los adultos.
El alcohol, los videojuegos y las películas para adultos son los compañeros constantes de estos hombres. Necesitan estos “extras” para desconectarse de la realidad y evitar la intimidad.
No puedes confiar en una pareja con este síndrome: aunque te lo prometa, no te recibirá en el aeropuerto ni te acompañará al médico. Y luego comenzará a devaluar tus problemas, convenciéndote de que no son tan importantes.
Tuvo problemas: su gato enfermó, los vecinos inundaron la cocina, su madre le pidió que viniera a ponerse una inyección y su jefe lo obligó a trabajar el fin de semana. Por tanto, no pudo cumplir con sus obligaciones y cumplir sus promesas. Y aunque entiende que esto genera molestias a los demás, cree que tiene derecho a la indulgencia, ya que la situación estaba fuera de su control.