Después de un gran escándalo, muchas parejas prefieren no solucionar los problemas, sino sacárselos de la cabeza lo antes posible.
Su forma favorita de lograr lo que quieren son las compras y los regalos.
Este comportamiento, en primer lugar, deja en un segundo plano los problemas existentes en la relación y, en segundo lugar, da lugar al comercialismo.
¿Qué pasará si un hombre, después de cada error que comete, invita a su pareja a un restaurante?
Como resultado, la niña tendrá un incentivo para culpar constantemente a su pareja. El resultado será una relación inestable, el resentimiento constante de la chica y la sensación del chico de que se ha convertido en su "cajero automático personal".
La respuesta es sencilla: no evitar, sino solucionar los problemas que se presenten. Si se ha roto su confianza, hable con su pareja al respecto y, si se siente despreciado, escuche a su pareja y actúe.
Esfuércese por mejorar la comunicación.
Los obsequios no devolverán la confianza y la armonía a una relación. No hagas regalos cuando todo esté mal, sino cuando todo esté bien entre ustedes. No utilices los regalos como medio para ocultar dificultades.