Por lo general, la gente cree que las relaciones tóxicas surgen cuando se comunica con colegas, parejas, familiares o simplemente con personas al azar.
Nos apresuramos a molestarte, porque puedes terminar en una relación tóxica contigo mismo. Pero no se trata de una doble personalidad, sino de una excesiva autocrítica.
Según las observaciones, esta circunstancia desmotiva, quita fuerzas y energía, y cada vez vuelve a los errores y fracasos del pasado.
Averigüemos si es posible salir de esta difícil situación y qué se debe hacer al respecto.
En una relación tóxica consigo mismos hay personas que están dispuestas no sólo a arrancarse los pelos, sino a destruirse a sí mismas por cometer un error.
En este caso, la autocrítica ya no mueve a la persona hacia el ideal, sino que la destruye, la devora por dentro y la víctima de la autocrítica comienza a odiarse a sí misma.
Puede que este asunto no termine de forma tan inocente. Los expertos garantizan depresión, ansiedad o un conjunto de algunas fobias.
Recuerde la vieja verdad sobre salvar a personas que se están ahogando y comience a cuidarse como cuidaría a su hijo.
En primer lugar, debes tener cierta condescendencia y respeto por ti mismo, para no desperdiciar fuerzas y energía en maldiciones e insultos que se te dirijan.
En lugar de eso, repítete algo como “el que no hace nada no comete errores” o “no es fatal”.
Lo principal es entender que no tiene sentido regañarse y reprocharse, ya que esto terminará con una pérdida de fuerzas y una pérdida de interés por la vida.
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