La violencia doméstica se puede describir como una relación entre dos personas que es violenta y abusiva.
Pueden surgir tanto entre cónyuges o parejas que viven en matrimonio civil como, por ejemplo, entre un padre y un hijo.
La violencia doméstica incluye no sólo agresiones, como mucha gente piensa, sino también intimidad forzada, presión psicológica e insultos constantes.
Es bastante difícil distinguir la violencia doméstica de las peleas ordinarias, pero es posible: para ello tendrás que analizar tu relación.
Si los acontecimientos se desarrollan según el peor de los casos, entonces un período prolongado de tensión da paso a un acto de violencia aguda, acompañado de ataques de ira. Emociones destructivas o palizas.
Luego viene un período que podría llamarse “luna de miel”, cuando la pareja muestra arrepentimiento y nuevamente se vuelve tierno y amoroso, y así sucesivamente en un círculo.
Gradualmente, los ataques de ira se vuelven más frecuentes y los períodos de paz se acortan.
Las personas que han sufrido violencia doméstica se la ocultan a sí mismas, tratando de adaptarse a la situación.
Esperan que la relación mejore y tratan de complacer a su pareja, pero no ocurre el milagro.
Anteriormente, enumeramos 3 elogios para una chica que pueden arruinar una cita.