Los socios o cónyuges pueden complementarse de alguna manera e incluso compensar alguna deficiencia, pero no es un hecho que su vida pueda considerarse feliz.
En tales casos, los expertos hablan de felicidad episódica. Se puede hablar de idilio sólo si hablamos de relaciones sanas.
Los expertos hablan sobre los signos de una relación sana, sus ventajas y por qué a veces se evitan.
En tales casos, todo puede parecer realmente un idilio. Cuando dos personas se llevan bien sin peleas ni escándalos. Pero la mayoría insiste en que esto no sucede y que es aburrido.
En una relación sana, existe el principio de no interferencia y no imposición de opiniones a la pareja. No se puede hablar de control ni de crítica.
Pero necesitas crecer a ese nivel. Es importante recordar que tu otra mitad es una persona, un individuo al fin y al cabo, con sus propios objetivos e intereses.
Es bueno que un hombre y una mujer conozcan las debilidades del otro y las eviten. De lo contrario, la relación se vuelve tóxica cuando uno manipula las debilidades del otro.
Si no confían unos en otros, entonces es imposible construir algo fuerte y de largo plazo. Pero para ello necesitas ser honesto contigo mismo y con tu pareja.
Lo normal es cuando perdonaron y olvidaron, y no recordaron en una oportunidad. Esto es posible cuando la persona que pide perdón se da cuenta del coste de su error. Perdonar – el significado de su acción para él y su pareja.
Las personas felices sólo necesitan estar juntas. Sacan fuerzas y ven apoyo mutuo. Pedir algo más no está en sus reglas.
Los intereses pueden ser personales; ya lo hemos comentado. Pero al mismo tiempo debe haber intereses y valores comunes. Como mínimo, comprensión del bien y del mal, planes para el futuro, etc.
Las relaciones sexuales no deben excluirse excepto en los casos en que la atracción desaparezca por razones naturales. Hasta ese momento, las personas felices intentan ser atractivas entre sí.
No hay necesidad de hacerse ilusiones de que a alguien le está yendo mejor que a usted. Los socios deben percibir todos los acontecimientos de la vida, incluidas las experiencias negativas, como experiencia, desarrollo y crecimiento.
En una relación sana, está presente en todas partes y nos anima a explorarnos mutuamente, siguiéndonos siempre hacia el otro.
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