Los padres deben serlo al mismo tiempo, deben insistir en lo mismo. Sólo en este caso se formará correctamente la personalidad del niño.
En cualquier caso, mamá y papá tendrán puntos de vista diferentes sobre algunos temas, lo que no debería crear ningún problema. Pero a veces sucede que los socios ven la educación misma desde posiciones diferentes y que cualquier tema que les concierne genera desacuerdos.
Dado que las consecuencias de tal situación pueden ser graves, por ejemplo, un niño puede tener dos caras, no se puede ignorar. Es muy importante que los padres se pongan de acuerdo sobre cómo les ayudarán algunos consejos que les dé el psicólogo.
Los padres no deben mostrarle a sus hijos que tienen desacuerdos. Pueden discutir algo, pueden buscar compromisos, pueden discutir ferozmente.
Pero todo esto no debería suceder delante del niño. De lo contrario, empezará a manipularlos y aprovechará que mamá y papá no pueden encontrar un lenguaje común.
No, puedes dejar que tu hijo se comunique con ellos; los propios socios también deben interactuar con sus padres. Pero no deberían interferir en el proceso educativo, no deberían dar ningún consejo.
Si suenan, entonces podrás concentrarte en ellos sólo si resuenan en tu alma. Si esto no sucede, deben ser ignorados, porque de lo contrario sólo habrá más motivos para peleas y disputas.
No siempre es posible reaccionar correctamente ante lo que sucede en la familia. Si los padres no saben qué hacer, si no pueden tomar una decisión rápidamente e insistir en una cosa, entonces no deberían hacerlo ahora.
Debe hacerse a un lado, discutir una situación específica y tomar una decisión. Sólo cuando se haya llegado a un compromiso podrá volver a comunicarse con el niño y decirle el acuerdo al que llegó.
Los padres deben tomar nota de estas reglas y utilizarlas siempre. Entonces la diferencia de opiniones sobre la educación no afectará al hijo o a la hija de ninguna manera.